Dejo en este post la ascensión que hicimos al Kilimanjaro y que hasta ahora no hemos tenido tiempo de escribir. Son las notas de Esther del viaje día por día.
JUEVES 7/12/2017
BILBAO-AMSTERDAM-KENIA-KLM-MOSHI
El viaje se nos hizo eterno. Al
llegar tuvimos la reunión con nuestro guía, Regan, que nos explicó
un poco la dinámica de la expedición ; le comentamos la idea de
subir a la cima del Lava Peak con la trepada final pero nos dijo que
estaba terminantemente prohibida por que la roca se desprendía y no
era estable, así que nada...También nos dijo que el último día
nos harían un “gift” que consistiría en ofrecernos unos cantos
y bailes y que nos sacarían a cantar y a bailar con ellos....yo no
veía el momento de ver a Igor en esta situación y como ya contaré
más adelante, no me defraudó.
Después de hablar con él organizamos
las mochilas distribuyendo los pesos , ya que las iban a llevar los
porteadores no podían pesar más de quince kilos.
Esperando la llegada de la aventura a
las 8,30 de la mañana del día siguiente, hora que fijamos con Regan
para salir del Hotel, nos fuimos a dormir.
VIERNES 8/12/2017
MOSHI-CAMPAMENTO MACHAME
Después de desayunar nos reunimos con
Regan y subimos a un microbus donde a la salida del hotel se subió
el resto del equipo de la expedición, los porteadores.
Tras llegar a Arusha y seguimos rumbo a
Puerta Machame, nuestra entrada al Parque.
Después de registrarnos Regan nos dió
unas cajitas con la comida del día y tuvimos que esperar una hora
para salir, momento que aprovechamos para comer y hacernos amigos de
un gatín que lo único que quería de nosotros era que
compartiéramos nuestro menú del día con él. Y si alguien nos
conoce un poco sabrá de sobra que por su puesto se salió con la
suya.
También vimos bastantes monos y nos
explicaron que hay dos clases, el mono azul y uno negro y blanco.
En mi cajita había varias cosas que,
al ser vegana no me iba a comer, como pollo, varias cosas de carne y un huevo cocido, así que sólo me comí un plátano, dos naranjas y un panecillo. El resto de las cosas se
las dí al asistente del guía que fue quien nos acompaño ese día
ya que Regan se tuvo que quedar en Puerta Machame arreglando algunas
cuestiones de papeleo. Me sorprendió con que hambre y ganas cogió y
engulló todo lo que le dí....realmente la necesidad de esta gente
es una cuestión que vimos desde la llegada al Aeropuerto y que cada
vez se nos hizo más patente.
Durante la subida le preguntamos al
asistente de guía si había serpientes y/o arañas y nos digo
rotundamente que no. Esto nos tranquilizó bastante, por el tema de
potenciales picaduras o mordeduras, y la verdad es que al paisaje le
pegaba todo que una culebrilla o un arañón se nos cruzase en el
camino. Pero, cuando llevábamos un buen rato oyendo cantar pájaros,
le preguntamos qué tipo de pájaros había por allí y nos dijo que
no había pájaros tampoco, con lo cual calculamos que habría
serpientes de metro y arañas de kilo y que nuestro acompañante
entendía sólo un 25 % de todo lo que le decíamos, eso tirando por
lo alto, y que contestando sí o no al azar salía del paso.
Este primer día de expedición fue muy
lluvioso y nos calamos hasta los huesos; nuestra chaqueta y pantalón
de agua no fueron suficiente para soportar una tormenta Africana.
Pero lo peor de todo es que lo que llevaban los porteadores también
llegó empapado, así como la tienda así que fue un poco complicado
entrar en calor, lo cual conseguimos gracias a las palanganas de agua
caliente con la que nos hemos aseado y el termo de agua caliente para
hacernos té, el cual iba a convertirse en nuestro inseparable
compañero de habitación en los próximos días y nos iba a ayudar a
tener el tema de la hidratación y de beber tres o cuatro litros de
agua al día controlado. También nos trajeron palomitas que nos
quitaron un poco el hambre hasta la hora de la cena.
El tema de mi veganismo trajo loco al
cocinero desde el minuto uno y no entendía qué podía y qué no
podía comer...les dije que cocinaran normal y yo comería lo que
pudiera, pero la verdad es que se portaron de lujo y me hicieron un
menú especial para mí durante toda la expedición. Burba, el
porteador camarero casí se hizó más kilometros desde la tienda
cocina a la nuestra con distintos botes y sobres, preguntando si de
eso podía comer o no, que a lo largo de toda la expedición....
Igor ya notó ese día que le dolía
la tripa y la cabeza, pero entiendo que fuera por la mojadura y el
ajetreo de todo el día, ya que por mal de altura aún no tenía
mucho sentido que fuera (estábamos a unos 3.000 metros). No dejábamos
de pensar en lo importante que es aclimatar bien y tener suerte ya
que por muy en forma que estés si te da el mal de altura ya te
puedes dar por fastidiado y plantearte que se acabó la aventura. Y
no es algo excepcional ya que en el hotel ya vimos algún caso.
Pese a ésto, la ruta fué muy
chula, pero fuimos pole-pole, ya que es muy importante guardar
fuerzas y hacer una buena aclimatación.
SÁBADO 9/12/2017
MACHAME CAMP-SHIRA CAMP
El Sábado siguió lloviendo muchísimo
y la consecuencia fue una segunda mojadura de escándalo.
Este día ya fuimos con Regan, el guía, y durante todo el trayecto nos fue explicando costumbres y formas de
vida de su país lo cual nos hizo el camino muy ameno.
El cambio de paisaje fue del bosque
del día anterior a la sabana, siendo normal en esta época del año
las “short rains” que nos acompañaron hasta este día.
Pero lo más desagradable hasta ese
momento no fue que lloviera sin parar, sino el uso de las letrinas,
que es obligado en la zona del campamento y es realmente nauseabundo.
Ese día dormimos ha 3,800 metros,
habiendo alcanzado los 3,900 durante la jornada y de momento parecía
que íbamos aclimatando bien.
El guía nos comentó que si seguía
lloviendo los siguientes días el día de cumbre habría nieve y que es muy bonito subir el Kibo así.
Por la tarde aprovechamos para ver una
cueva que hay al lado del campamento y que era donde se dormía
antes. Ahora está prohibido.
DOMINGO 10/12/2017
SHIVA CAVE-BARRANCO CAMP
Este día fue uno de los claves en lo
referido a la aclimatación ya que se asciende de 3,800 metros a
4,600 (Lava Tower) y se desciende de nuevo a 3,900 para dormir.
El paisaje fue sabana y desierto alpino
y una vez que llegamos al campamento ya sí que notamos el tema de la
altitud y tanto a Igor como a mí nos dolió bastante la cabeza.
Regan nos tranquilizó diciéndonos que era totalmente normal.
Lo más llamativo del día fue que un
grupo de una expedición iban escuchando tecno a todo gas mientras
subían ..supongo que es el precio que hay que pagar por hacer rutas
tan concurridas pero la verdad es que la situación fue la
antimontaña.
La ruta del día fue realmente bonita,
sobre todo el campamento Lava Tower y la bajada a Barranco.
LUNES 11/12/2017
BARRANCO CAMP-CAMPAMENTO BASE (BARAFU
CAMP)
La primera parte del día consistió en
llegar a Karanga, y aunque sólo hay una diferencia real de 100 metros
de altitud con respecto a Barranco, subes a 4,200 metros para luego
realizar una bajada larga con una subida final, con lo cual es
desnivel acumulado es importante, y se nota mucho ya tanto sube y
baja en estas altitudes.
Lo mejor de esta primera parte, la
vista del Meru que nos acompañó en toda la subida.
La segunda parte del día fue llegar
hasta el campamento base, ruta que tiene unas vistas increibles del
Mawenza y del Kibo.
En el campamento base ya se notaba el
cansancio acumulado y la altitud. Nos acostamos sobre las 20,00
siendo la hora de levantarnos las 22,45, ratito corto pero que a mí
se me hizo eterno pues fuí incapaz de dormir por el viento que hacía
que movía la tienda y por el intenso dolor de cabeza.
Igor también me dijo que estaba
bastante fastidiado y que a ver como se levantaba.
MARTES 12/12/2017
BARAFU CAMP-UHURU PEAK-MWEKA CAMP
A las 0,00 empezó la dura jornada que
nos esperaba, con una temperatura de unos -8 grados, pero con mucho
viento, lo cual hacía que la sensación térmica fuera bajísima.
Sólo llegamos a notar el calorcito de
los primeros rayos de sol llegando a Stella Point y que nos
acompañaron hasta la cumbre.
Igor se empezó a encontrar bastante
mareado y aturdido llegando a cumbre pero sacó fuerzas de flaqueza y
como un titán tiro hasta arriba.
El paisaje increible...ver el glaciar
de arriba merece todo el esfuerzo y la llegada a cumbre nos supuso una
gran alegría al ver que el objetivo estaba casi cumplido (faltaba
bajar...).
Bajamos bastante rápido para que Igor
se recuperase lo antes posible en Barafu Camp.
Tras descansar y comer pusimos rumbo a
Mweka y este trayecto se nos hizo eterno.
Al final este día salieron quince
horas de actividad, que teniendo en cuenta el cansancio acumulado de
los días anteriores y el tema de la altitud hacen que esta
expedición exija tener un mínimo de forma física y de espíritu de
sacrificio.
MIÉRCOLES 13/12/2017
MWEKA CAMP-MWEKA GATE-MOSHI
Después de dormir a pata suelta ya sin
altitud y reventados como estábamos, nos levantamos a las 6,00 y a
las 7,30 pusimos rumbo a Mweka Gate donde ya cogimos el coche y nos
llevaron al Hotel.
JUEVES 14/12/2018
MOSHI-KB-AMSTERDAM-BILBAO
El viaje de vuelta fue digno para ser
olvidado. En vez de llegar el viernes por la mañana como estaba
previsto llegamos a las doce de la noche porque el vuelo
Kilimanjaro-París fue cancelado por problemas del avión y pasamos
toda la noche en vela intentando que nos consiguieran un pasaje en el
que iba a Amsterdam y salía por la mañana del viernes para llegar a
Bilbao el mismo viernes por la noche, lo cual conseguimos de manera
milagrosa en el último minuto.
Hasta aquí las notas de Esther, por mi parte añadir dos cosas más. Lo primero el tema de la altitud, y es que hasta que no estás allí no sabes como te va a afectar y yo en mi caso necesito más periodo de aclimatación. Por otro lado el asunto de las compañías de guías; está claro que los salarios que reciben los porteadores, cocineros, guías,... son bajos, y las empresas a las que pertenecen intentan que estos vivan de las propinas llegando incluso a justificar por escrito lo recibido. Te da incluso por pensar mal..... Yo personalmente preferiría que el precio del viaje fuera algo más caro y no pagar propinas para que los porteadores cobraran un salario más justo y no dejar a la aleatoriedad de cada persona lo que vayan a cobrar, no siendo además supuestamente obligatorias. Además el tema de las propinas es un momento incomodo ya que siempre van a pedirte más y la verdad es que llevan unas vidas difíciles.
Aparte de todo esto, el viaje merece la pena y es toda una experiencia.
Track de la ruta: