Llegamos al parking a eso de la 10:00 y tras los rituales de preparación, alguna que otra chorrada y demás pusimos rumbo a la hoya a la cual llegamos una hora y media después (tomandonoslo con calma).
El descenso en sí mismo con un caudal normal no es complicado y siempre teniendo cuidado de la famosa tubería de la cual quedan restos y nos pueden amargar la salida.
El interior tiene una altura considerable y es bastante estético. También nos encontramos en su interior con salamandras (algunas no vivas por la pisada de algún descuidado/a), alguna que otra rana y ya cerca de la salida algunos pájaros muertos.
En el interior coincidimos con una empresa de aventura la cual tras un para de rappeles de espera nos dejaron pasar y por lo cual nosotros quedamos agradecimos ya que no era un grupo pequeño.
El croquis de la página de barranquismo.net es el siguiente.

Finalmente quedamos satisfechos con el descenso, repetiremos, sobre todo porque lo tenemos muy cerca de casa.
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